El narrador inicia su relato hablando de Mauricio Irigorri, un niño rebelde y aficionado a hacer bromas. A medida que los años transcurren, Mauricio sigue sin poder establecerse de manera firme y constante. Él llega y parte, realiza ciertas acciones y desaparece. Como un torrente que arrastra todo a su paso, el tiempo se lo lleva consigo. Su presencia se diluye entre las historias del pueblo y la familia. El narrador recibe cartas de Estela, su hermana, en las cuales ella le cuenta las últimas noticias de la familia y si ha tenido algún encuentro con Mauricio, quien siempre es el tema principal de sus conversaciones. En un determinado momento, Mauricio regresa y finalmente parece haber encontrado su verdadero propósito. Ha explorado las profundidades de su ser y se ha dividido en diez fragmentos, viviendo una vida sin sentido, persiguiendo una existencia frenética como si estuviera huyendo del mundo. Le revela al narrador que ha sido traicionado, pero al instante le dice que le t...
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